*M.E.
Claudia Viveros Lorenzo[1]
Resumen
¿Se necesitan docentes en el
siglo XXI?. ¿Somos los que llevamos a cabo la profesión una especie en
extinción?. ¿Todo aquel que desea aprender necesita un profesor al lado?. Es la
red internet una ventaja desleal para todo aquel que se encuentra dentro de un
aula?. ¿Se ha desvirtuado tanto la imagen del docente que los aprendices o
estudiantes ya no ven en esa figura un modelo a seguir que impulse y motive sus
ganas por aprender? ¿De qué forma podemos motivarnos y motivar a nuestros
alumnos dentro del aula?. La profesión docente más que un trabajo trivial,
conlleva la formación de un profesional comprometido con su matriz laboral que
es desarrollar en sus alumnos competencias solidas para el desarrollo de su
entorno y de su propia personalidad, teniendo como principio su propia
construcción y solidez como persona.
Palabras claves:
Educación, Maestro, Responsabilidad docente,
Imagen del docente en el siglo XXI.
Abstrac
¿Teachers needed in the XXI
century ?. Are we that we conduct an endangered species profession ?.
Everything that you want to learn you need a teacher next ?. Is the Internet an
unfair advantage to anyone who is in a classroom ?. It has distorted image so
that teacher trainees or students no longer see in that figure a role model to
encourage and motivate their desire to learn? How can we motivate and encourage
our students in the classroom ?. The teaching profession more than a trivial
job, leads to the formation of a professional committed to their work matrix is
developed solid skills in students to develop their environment and their own
personality, with the construction and start their own strength as a person .
Keywords:
Education, Teacher, Teaching Responsibility,
Image of teachers in the XXI century.
Sumario
I.
Ser
maestro una responsabilidad más que profesional.
II.
La
visión docente para el siglo XXI
III.
Cómo podemos cambiar la concepción del
docentes del siglo XXI.
I.
Ser
maestro una responsabilidad más que profesional.
Según Denise Vaillant en su
ensayo “La identidad docente”: “Hoy la
docencia se ha transformado en una categoría social que no atrae a los mejores
candidatos. Quienes ingresan a Universidades o Institutos de Formación tienen
en promedio, peor historia educativo que quienes acceden a otros estudios más
valorizados socialmente”.[2]
Esta concepción aunque cruda,
es real y alarmante puesto que concibe el que se está dejando la educación de
las futuras generaciones en las manos de personas no correctamente capacitadas,
cosa que debería ser completamente contraria. Es una realidad que el docente
tiene en sus manos la formación, ya sea, inicial, básica o profesional de un
cúmulo de personas que se ponen dentro del contexto llamado aula, para ser
conducidos en un aprendizaje, sano y correcto. Si la sociedad concibe la
profesión docente como algo fácil y manipulable, entonces qué se puede esperar
de la concepción que pueda tener para el arte de aprender.
Cooper James en su obra “El
Maestro y la toma de decisiones” En estrategias de enseñanza, define al Maestro
como “una persona que tiene bajo su responsabilidad la tarea de ayudar a otros
a aprender y a comportarse en formas nuevas y diferentes… se reserva el término
maestro para designar a las personas cuya función principal es ayudar a otros a
aprender nuevos conocimientos y a desarrollar nuevas formas de comportamiento”.
[3]
Entonces, aunque sabemos que
es importante obtener conocimientos que nos ayuden a desarrollar tareas que nos
dejen desempeñar acciones fructíferas para la sociedad en que vivimos,
importante es también desarrollar un buen comportamiento dentro de la sociedad,
y es éste buen comportamiento el cual debe solidificarse en la figura del
maestro para poder ser reproducido por todo aquel que lo rodea, teniendo en
este una figura representativa de honor, prosperidad, buenas costumbres y
éxito.
La educación, tal como nos
comenta Álvaro Bustamante en su ensayo “Educación , compromiso social y
formación docente” tiene –según lo
expresa Hanna Arendt (1993)- la misión
de mediar entre el niño y el mundo , de manera de permitir que el primero se
integre en el segundo minimizando el riesgo de rechazo que existe entre ambos.
Esta integración que pasa también por formar parte de los grupos de personas
que ya son parte del mundo –es decir los adultos – implica para el educador
hacerse responsable del uno y del otro, en cuanto a que su tarea como mediador
entre ambos (niño y mundo) va a determinar la manera cómo éstos se relacionan y
sus expectativas de sostenimiento. De ahí su autoridad, de su gran
responsabilidad”.[4]
II.
La
visión docente para el siglo XXI
En la primera mitad del siglo
XIX, la profesión de maestro , como lo refiere el Mtro. Marco Aurelio Pérez
Méndez en su ensayo sobre el “Papel y visión social del magisterio den la
Historia de México”, se ejercía en muchos casos de forma independiente. Eran
los ayuntamientos quienes otorgaban las licencias a los profesores y
autorizaban el establecimiento de escuelas.
El maestro era la autoridad
en el aula y se encontraba por encima del alumno transmitiendo su conocimiento
de forma vertical y rígida. Cosa que cambia por completo en la segunda mitad
del siglo XIX. A partir del 1880 se fundan las primeras escuelas normales para
varones y mujeres, con pocos recursos y planteles con mala infraestructura, lo
que conlleva a ser una labor poco atractiva con bajos sueldos y precarias
condiciones de vida. Pero es hasta el año de 1921 con el arribo del general Álvaro
Obregón al poder que en México para los docentes las cosas cambian y se crea la
secretaría de Educación Pública, teniendo la visión de que la enseñanza y la
cultura es el medio para regenerar al pueblo y fortalecer su identidad.
Mas sin embargo mientras el
docente trabajó al servicio del estado sin mezclar su posición en ayudar a el
pueblo en desarrollar sus propias concepciones y aspiraciones fue visto como un
líder comunitario, pero ésta concepción cambia por completo cuando el profesor
cumple con su compromiso de generar conciencia y convertirse un activo impulsor
de cuestionamientos sociales lo cual hace que se le mire ya desde un sentido
negativo. Creándole una imagen mal vista desde los sectores conservadores y de
la iglesia siendo visto como una amenaza para la familia, y los valores
tradicionales de los mexicanos.
Nos remontamos a tomar el
ejemplo de éste país como referencia fundamental que puede pasar en la mayoría
de los países latinoamericanos, asiáticos o todo aquel donde las desigualdades
con increíblemente marcadas.
Es aquí donde nos podemos
detener a pensar como influye ese, mínimo grosor de la población que mantiene
un poder tanto social como económico y como, éste al buscar un bues escudo para
mantenerse dentro de ese porcentaje privilegiado, no deja crecer ni ayuda a
producir ya sea desde un plano intelectual, tecnológico o social y avance
desencadenado, que podría ser dado desde la real capacitación o enseñanza y
como el docente se ha tenido que ver mantenido en una posición pasiva y
relegada al servicio del poder, siendo entonces solo un instrumento guiado por
otros y para otros.
El siglo XXI esta inmerso en
una inmediatez de información y de precisión que nos ha sumergido a todos en
una vida acelerada y competitiva en donde se busca generar e impulsar un
sentido de supervivencia bastante
interesante donde cada uno de los individuos esta ensimismado en poder causar
un efecto de cambio.
Y aquí todo aquel que intente
desempeñar un verdadero papel como docente tiene un reto fuerte y fundamental,
más allá que el de marcar lucha, como quizá se hizo en la segunda mitad del
siglo XX con concepciones izquierdistas o socialistas, la visión del docente
del siglo XXI va encauzada en dirigir y motivar a todo aquel que quiera aprender
en la construcción de nuevo conocimiento y de entender que en un cambio en
nuestro entorno se dará produciendo y regenerando.
Más que maestro, también se
nos está llamando facilitadores, incluso, con la aproximación a un mundo de
información en la sola palma de nuestra mano, por medio de un smarthphone, una
Tablet o un ordenador, también se insta a darnos el nombre de coach, ¿qué es un
coach?, según el Cambridge Dictonaries on line, se puede definir como: “someone whose job is to teach people to improve at a sport, skill, or school subject” (alguien cuyo trabajo es enseñar a la gente a mejorar en
un deporte , habilidad o materia escolar).[5]
Y cómo se enseña, de forma recurrente solemos escuchar la
siguiente respuesta: dando el ejemplo.
Por desgracia muchas veces el ejemplo que se da como
docente no es el mejor, y los que ejercemos esta profesión, somos tachados tal
cual se comentó al principio de este texto, como personas con escasos
conocimientos, que trabajan poco, sin ningún tipo de reconocimiento, que
presentan problemas elementales de enseñanza, de actualización, de capacitación
y sobre todo de amor por lo que realizan.
Mas allá de inspirar respeto muchas veces el docente lo
que genera es un sentimiento de burla y es entonces que salta la incipiente
pregunta: a quién le gustaría ir aprender guiada por una persona a la que no
admiramos?
III.
Cómo podemos cambiar la concepción del docentes del siglo
XXI.
Si los niños, jóvenes o adultos de este siglo, tienen
acceso a multiple información libre, la cual no necesitan que un docente lleve
hasta ellos, dentro de un aula con un determinado horario, entonces acaso la
profesión de enseñar está en instancias de extinción.
El docente necesita re inventarse como un profesional en
desarrollo constante de competencias que pueden brindar y ayudar en su entorno
a generaciones creativas y productivas.
Tener la conciencia de la capacitación constante, de la
responsabilidad de ayudar a formar personalidades y de facilitar información
correcta desde nuestra subliminal comunicación no verbal son puntos que no se
pueden dejar de lado en esta renovación.
Cuando se pensaba en un docente anteriormente, se
vislumbraba a un ser virtuoso, con características honorables e identificables
en el que se creía, y el verbo creer en un verbo que engloba sentimientos de
admiración.
No somos ídolos ni debemos serlo, pero si grandes
motivadores, es por eso que si, podríamos ser sugeridos como coach en este
nuevo siglo.
Motivemonos y motivemos. Cosntruyamos y generemos nuestro
propio cambio para generar y reproducir uno en nuestro entorno. Cuidemos
nuestra imagen, nuestro trabajo, la forma de hacerlo y valorarlo. El trabajo
imperioso, la voluntad y el empeño, siempre son reconocidos por nuestros
aprendices y por nuestro contexto social. Seamos inquisitivos en los temas de
comunicación, de resolución de conflictos y de aprendizaje por descubrimiento
haciendo inca pie en este último, pues permitiéndonos descubrir y aprender
continuamente de todo aquello que nos rodea, nos ayudará a absorber y proponer
más a aquellos que puedan tomarnos como referencia para crecer.
Bibliografía
VAILLANT, Denise, “La identidad
docente” I congreso “Nuevas Tendencias en la Formación Permanete del
Profesorado”, Septiembre , 2007, Barcelona.
COOPER, James: “El maestro y la
toma de decisiones” en Estrategias de Enseñanza, México, Llmusa, 2002, pp. 22
-33
BUSTAMANTE, Rojas Álvaro, “Educación,
compromiso social y formación docente”,
Corporación de capacitación y desarrollo
educacional Acatipay.
[http://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/coach]
tomado el día 25 de diciembre. 13:46.
MORENO,Bayardo María
Guadalupe, “Educación de calidad y competencias para la vida. pp. 1- 8 .
[1] Licenciado en Comunicación egresada de la Universidad
Veracruzana. Maestra en Educación por parte del CINVESAV . Doctorante en
Educación por parte del CEVIP generación 2013 -2016.
[2] VAILLANT, Denise, “La
identidad docente” I congreso “Nuevas Tendencias en la Formación Permanete del
Profesorado”, Septiembre , 2007, Barcelona.
[3] COOPER, James: “El maestro y la toma de decisiones” en
Estrategias de Enseñanza, México, Llmusa, 2002, pp. 22 -33-
[4] BUSTAMANTE, Rojas Álvaro, “Educación, compromiso social y formación
docente”, Corporación de capacitación y desarrollo educacional Acatipay.
[5] [http://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/coach]
tomado el día 25 de diciembre. 13:46.
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